¿Quién paga en el momento en que un individuo se afirma insolvente? En el momento en que alguien es insolvente, los acreedores tienden a ser los que toman una sección importante de la compromiso. En un IVA, los acreedores normalmente acuerdan perdonar parte o la integridad de la deuda en lugar de una reducción en el pago por la parte del moroso.
“La experiencia demostró que en el momento en que no hay mecanismos de segunda ocasión, hay claros desincentivos para arrancar novedosas ocupaciones e inclusive para mantenerse en el período regular de la economía. Esto por supuesto no estimula al moroso mismo, pero tampoco a los acreedores, así sean públicos o privados. Por contra, los mecanismos de segunda ocasión desincentivan la economía sumergida y benefician una cultura empresarial que siempre y en todo momento repercutirá en beneficio del empleo”. De esta forma empieza la Nota Explicativa del RD 1/2015, de 27 de febrero, que dió bastante espacio al enfrentamiento sobre el Estado de la Nación. De su lectura, semeja que el Gobierno tiene las ideas visibles y entiende la relevancia de un régimen de segunda ocasión efectivo, bien construido y apropiadamente controlado para la economía. En verdad, fue la única medida anunciada que recibió un extenso acompañamiento de todos y cada uno de los conjuntos parlamentarios.
Pero, ¿el gobierno fué coherente con sus encomiables pretenciones? No lo creo y te afirmaré por qué razón.
Si el inquilino es insolvente, ¿desaparece la deuda?
Bueno, mientras que el moroso sea insolvente, es verdad que los capital no se tienen la posibilidad de recobrar. Entonces, el dueño va a preguntar «¿merece la pena reclamarlos?» (al tiempo que el arrendatario afirmará «¿Me forzarán a devolverlas cualquier día?»)
La contestación, a mi juicio, es clara: sí, vale la pena reclamar las rentas, por el hecho de que en el final , en la mayor parte de las situaciones, en algún momento, se termina cargando.
Yo explico.
¿Puedo ser embargado si soy insolvente?
Antes de ingresar en temas mucho más concretos, la primera cosa que debemos aclarar es qué es lo que significa precisamente ser insolvente.
En el momento en que un individuo física contrae algún género de deuda económica con uno o mucho más acreedores (en la mayor parte de las situaciones, por algún género de préstamo), se transforma en moroso. En la mayoría de los casos, va a haber un contrato que rija el pago de la deuda y sus datas de vencimiento.
Herramienta de estos sucesos en el trámite concursal
Con relación a estos sucesos reveladores, cabe indicar que:
- Si se generan, se presumirá que el moroso supiese que está en estado de insolvencia. Se admite prueba en opuesto.
- Si un acreedor u otro derechohabiente quiere enseñar la declaración de certamen del moroso, va a deber señalar en la petición, adjuntado con otra información, el hecho o hechos susceptibles de descubrir su estado de insolvencia, acreditándolo o pidiendo medios de procurarlo. No va a bastar con la sola aportación de prueba testimonial.
Los límites del FOGASA
En todo caso, lo que apunta Luis Martín es que, en el caso de certamen, “la plantilla va a percibir cuando menos lo garantizado por el Salario Fondo de Garantía (FOGASA)”, al paso que recordó que “aun el privilegio de los trabajadores tiene límites” y se hace difícil en el momento en que la compañía quiebra con patrimonio deficiente o nulo.
Por consiguiente, caso de que la compañía no disponga de liquidez bastante para el pago de la nómina y sea precisa la intervención del FOGASA, el límite que va a poder llevar a cabo frente el organismo público va a ser el que sea del doble del Mínimo Salario Períodico Interprofesional (SMI) (incluyendo los pagos expepcionales) por el número de días hábiles atentos de pago (máximo, en este sentido, de 20 días). La previsión del SMI para 2021 es de 31,66 euros salvajes cada día.